Los autómatas programables son maquinas
secuenciales que ejecutan correlativamente las instrucciones indicadas en el
programa de usuario almacenado en su memoria, generando unas ordenes o señales
de mando a partir de las señales de entrada leídas de la planta ( aplicación):
al detectarse cambios en las señales, el autómata reacciona según el programa
hasta obtener las ordenes de salida necesarias. Esta secuencia se ejecuta
continuamente para conseguir el control actualizado del proceso.
La secuencia básica de
operación del autómata se puede dividir en tres fases principales:
Lectura
de señales desde la interfaz de entradas.
Procesado del programa para obtención de las
señales de control.
Escritura de señales en la interfaz de
salidas.
A fin de optimizar el tiempo,
la lectura y escritura de las señales se realiza a la vez para todas las
entradas y salidas; Entonces, las entradas leídas de los módulos de entrada se
guardan en una memoria temporal (Imagen entradas). A esta acude la CPU en la
ejecución del programa, y según se va obteniendo las salidas, se guardan en otra
memoria temporal (imagen de salida). Una vez ejecutado el programa completo,
estas imágenes de salida se transfieren todas a la vez al módulo de
salida.
El funcionamiento del autómata
es, salvo el proceso inicial que sigue a un Reset, de tipo secuencial y cíclico,
es decir, las operaciones tienen lugar una tras otra, y se van repitiendo
continuamente mientras el autómata esté bajo tensión.
El autómata está constituido
por diferentes elementos, pero tres son los básicos:
-
CPU
-
Entradas
- Salidas
Con las partes mencionadas
podemos decir que tenemos un autómata pero para que sea operativo son necesarios
otros elementos tales como:
- Fuente de alimentación
-
Interfaces
-
La unidad o consola de
programación
- Los dispositivos periféricos